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sábado, 13 de febrero de 2016

13 Basta ya de tantas guerras y a tanto armamento y a otras terribles injusticias

Un grupo de cooperantes relata sus experiencias en misiones en las que se jugaron la vida sin saberlo.
La aventura, la osadía, el peligro... nada de eso se ajusta a sus inquietudes. Isabel, Beatriz, Juan y Manuel son cuatro personas sosegadas, voluntarios de distintas organizaciones, que han pasado por momentos peligrosos en sus carreras solidarias.
"Cuando más riesgo corres es cuando crees que no hay peligro, que todo está tranquilo y no pasa nada". La reflexión es de Manuel Sánchez, un cooperante de 31 años de Acción Internacional Contra el Hambre, que dejó la abogacía para subirse en un camión rumbo a Mostar. Allí estuvo un año recorriendo los pueblos y aldeas que rodean la ciudad en un proyecto de seguimiento de niños enfermos. "Había zonas donde la población estaba aislada. Encontramos pequeños o ancianos que llevaban meses sin probar bocado y que tiraban de raíces, perros, gatos...".
En una de sus visitas a estas aldeas, los francotiradores croatas empezaron a asediarlos. "Fue angustioso. Volaba un proyectil cada diez segundos". Se refugiaron en el sótano del cascarón de lo que en tiempos fue una casa y "nos encontramos a 25 personas, que no formaban familias porque todas están rotas". Entre ellas, un niño de seis años que llevaba nueve meses sin hablar, desde que vio cómo mataban a sus padres. Cuando un tanque blindado español de las fuerzas de la ONU acudió a rescatarlos, Manuel y sus compañeros habían conseguido que el niño recuperara el habla. ¿El milagro?. "Sólo le dimos un trozo de chocolate", dice Manuel.
En Alta Verapaz (Guatemala), los habitantes de la comunidad 20 de Octubre ultimaban los preparativos para celebrar el primer aniversario de la vuelta a su país tras exiliarse en México por los enfrentamientos entre el Ejército y la guerrilla. Sólo faltaban diez días para la fiesta, pero no hubo celebración y sí una matanza: 10 muertos y 18 heridos. Según el Gobierno, los indígenas provocaron a los soldados; según las víctimas y colectivos pacifistas, éstos entraron a traición "porque la paz aún no existe en Guatemala", señalaron.
Muchos de los que murieron forman parte de las fotografías que Juan Vicedo y Beatriz Rubio les hicieron y que dentro de poco serán expuestas. Cuando se acordó que el retorno de los refugiados a Guatemala estuviera protegido por testigos civiles para evitar problemas, Intermón puso en marcha un programa y Juan se convirtió así en un testigo civil. "No hubo ningún contratiempo", dice este agente comercial de 42 años.
Tres meses después (al acabar el período máximo de estancia) le sustituyó Beatriz, quien regresó a Madrid sólo dos días antes de la matanza. "Allí no eres consciente de si corres peligro. En el fondo sabes que a los blancos nunca nos van a hacer nada. Temes por ellos", relata Beatriz. Ella y Juan siguen enganchados a la solidaridad cotidiana. "La labor que se hace aquí".

LUDOTECAS INFANTILES.
Campaña para conseguir 10.000 juguetes.
Los socios de Amistad Europea, una organización que trabaja con poblaciones marginales del Tercer Mundo, van a instalar tres ludotecas infantiles en Perú, Ecuador y Bolivia para atender las necesidades educativas de los niños, y van a efectuar diversas campañas de reparto de juguetes.
El objetivo es conseguir 10.000 juguetes de toda España y enviarlos a Sudamérica. Es preferible que estén nuevos, aunque tampoco rechazarán alguno de segunda mano que esté en buen estado, y que sean educativos. Abstenerse metralletas, cyborg, guerreros y demás especies.
La campaña de recogida comienza el próximo 22 de diciembre y durará hasta el 28. Si se superan los 10.000 el resto se repartirá entre los centros infantiles de la Comunidad de Madrid. Lugar de recogida: Junta Municipal de la Arganzuela. Paseo de la Chopera s/n.

PÁNICO COLECTIVO EN BANJA LUKA
Los habitantes de la principal ciudad serbia de Bosnia dudan entre huir y perder sus hogares o quedarse y arriesgarse a morir.
La avalancha de miles de refugiados procedentes del noroeste de Bosnia no es la única amenaza que se cierne sobre el bastión serbio de Banja Luka. Las fuerzas croatas y del ejército bosnio, de mayoría musulmana, continúan su avance y están a punto de conquistar Prijedor, donde se hacinan buena parte de los desplazados llegados estos días. La toma de esta ciudad, además de poner en serio peligro la vida a aquellos fugitivos, colocaría a Banja Luka al alcance de la artillería croata y musulmana. Decenas de autobuses y camiones con soldados serbios de la antigua Krajina -reclutados a la fuerza en Serbia- se dirigían el fin de semana hacia Banja Luka por la carretera del corredor de Posavina.
Las autoridades serbobosnias luchan desesperadamente por controlar la situación a pesar de no contar con medios para afrontar un éxodo de proporciones gigantescas. Las reservas de las organizaciones humanitarias están bajo mínimos, ya que, a causa de los bombardeos de la OTAN, no llegan suministros. El primer convoy humanitario del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) cruzó la frontera entre Serbia y Bosnia el sábado por la tarde. Croacia impide el tránsito de los convoyes hacia Banja Luka a través de su territorio.
La máxima preocupación de los gobernantes ha sido evitar la difusión de lo que ocurre en la región de Banja Luka, cerrada a la prensa extranjera. Ningún periódico extranjero, a excepción del enviado de EL PAÍS, ha llegado desde el comienzo de la crisis. Los escasos serbios mantienen estrecha relación con los militares locales, y algunos visten uniforme. El recelo y la hostilidad, a veces, hacia los occidentales es palpable tras los bombardeos de la OTAN, y en más de una ocasión este enviado ha tenido que aguantar reproches por la participación de aviones españoles en los ataques de la OTAN.
Es difícil evitar el pánico colectivo cuando proliferan los rumores y escasea la información fidedigna. Las largas columnas de refugiados hielan la sangre. "Estas imágenes no las podré olvidar en mi vida, nunca imaginé que en mi país ocurriría esto", se lamenta Danica, vecina de Banja Luka que no sabe si irse o quedarse. Los refugiados no quieren moverse de Banja Luka o sus alrededores. Prefieren pasar estos días en sus carromatos junto a las carreteras de acceso a la ciudad que ser enviados a Sanski Most, Prijedor o cualquier otra zona que en cuestión de horas o días puede ser un campo de batalla. Los habitantes de Banja Luka se debaten entre el miedo a quedarse y el temor a perder su casa en caso de marcharse. En una situación desesperada, algunos refugiados pueden lanzarse a ocupar casas, como ya ocurrió cuando se produjo el éxodo de desplazados de Grahovo y Glamoc. Por si acaso, el Gobierno de la autoproclamada República Serbia (RS) de Bosnia ha prohibido la salida del territorio a todos los ciudadanos de la RS.
Los refugiados no se irán fácilmente porque además ya no confían en nada ni en nadie. Al igual que los numerosos combatientes que se mezclan entre las columnas de desplazados. Recibieron la orden de retirada y todavía no entienden por qué. Hasta hace cuatro días pertenecían al glorioso ejército serbio, fuerte, invencible y victorioso. Muchos salieron de Jajce, Bosanski Petrovac, Drvar, Kljuc o Donji Vakuf con su familia como un refugiado más. No tienen adónde ir. Sólo les queda un uniforme, un fusil y la moral por los suelos. Que no les hablen de volver al frente. Se sienten traicionados por sus líderes Karadzic o Milosevic. Muchos refugiados llegan a Banja Luka en condiciones pésimas, según el comisionado de la RS, Slobodan Ecimovic. "Cada día hay algún muerto", dice, y llama la atención sobre las bajas en los combates en Jajce y el monte Ozren; allí, asegura, hay muchos civiles y militares que están totalmente rodeados por las fuerzas croatas y musulmanas", apunta Ecimovic.
En el bando serbobosnio, Banja Luka ha mantenido desde el comienzo de la guerra una gran rivalidad con Pale, sede del Gobierno y el Parlamento. Ha representado en el conjunto de la república serbia la contestación al poder frente a la pasividad de Bijeljina o las otras ciudades importantes. La región de Banja Luka es la más rica de la RS. Por esta y otras razones, el lider serbobosnio Radovan Karadzic, aunque tiene su residencia en Pale, viene muy a menudo para cuidar una popularidad que mantenía hasta fecha reciente.
La avalancha de refugiados y los reveses en el campo de batalla han provocado un gran nerviosismo entre la cúpula dirigente de Banja Luka, donde conviven la mafia (que se ha enriquecido gracias a la guerra bajo el paraguas del Partido Demócrata Serbio (SDS) de Karadzic), militares y matones -la guardia personal de Karadzic, entre ellos- que frecuentan el hotel Bosnia.
Los intelectuales croatas, musulmanes y serbios de Banja Luka se han ido de la ciudad porque no aguantaban el clima irrespirable impuesto por el fanatismo nacionalista y, encima, militarizado. La población croata y musulmana, que antes de la guerra sumaba el 30%, ha sido diezmada en sucesivas expulsiones decretadas oficialmente, o por los ataques de incontrolados. Muchos croatas y musulmanes decidieron quedarse en la ciudad proclamando su lealtad a las autoridades serbias, pero éstas no han hecho nada para protegerlos. A partir de 1992 todas las empresas de Banja Luka fueron obligadas a tener un mínimo del 80% de trabajadores serbios en plantilla, cifra que más tarde aumentó el 95%. No queda ninguna mezquita en pie en Banja Luka y las iglesias católicas han sido reducidas a bombazos.
La ruta de la destrucción.
En territorio de la República Serbia de Bosnia el trayecto hasta Banja Luka empieza en la localidad de Bijeljina, la primera que cayó en poder de las fuerzas militares serbias, a comienzos de abril de 1992, antes de que la Unión Europea (UE) y Estados Unidos reconocieran la independencia de Bosnia-Herzegovina, el 7 de abril. La ciudad no registró grandes destrozos durante el ataque llevado a cabo por los paramilitares a Arkan, que expulsaron a todos los musulmanes. Avanzando por la carretera junto al río Sava se llega a Brcko, donde los irregulares serbios protagonizaron numerosos excesos contra la población musulmana, mayoritaria. Buena parte de la ciudad, a orillas del Sava, está totalmente destruida por los cañonazos. Los serbios tuvieron que pelear a fondo durante más de seis meses, en otoño de 1992, hasta conseguir el control permanente del llamado corredor de Posavina (región del Sava), única vía de comunicación entre Serbia y Bosnia noroccidental, por la que circulan gran parte de los suministros.
La carretera, en paralelo al río, está encajonada entre las posiciones del ejército de Croacia y las del ejército bosnio, de mayoría musulmana. El punto más peligroso del corredor está en Obudovac, a unos cinco kilómetros de las líneas croatas de Orasje. Los serbios han sido incapaces en 3 años de guerra de ampliar la anchura del corredor y sacudirse la amenaza que esta vía pueda ser estrangulada en cualquier momento por la acción conjunta de croatas y musulmanes.
Siguiendo hacia Banja Luka, tras varios rodeos para evitar carreteras cortadas en zonas de combates, se pasa por varios pueblos fantasmas, sin una sola casa en pie. Eran casi todos de mayoría croata, que en los primeros compases de la guerra fueron sometidos a un durísimo castigo de la artillería del antiguo ejército federal. Se llega a Deventa, localidad mitad serbia y mitad croata. Pocas ciudades, tal vez Mostar este y zonas de Sarajevo, exhiben el nivel de destrucción de Deventa, poblada en buena medida por refugiados serbios.
Por el camino cogemos en autostop a dos hombres de uniforme: Nedjelko Simic, un albañil de Maglaj que perdió su casa cuando fue tomada por el ejército bosnio, vuelve al frente tras dos días de descanso; Sava, de 54 años dentista de profesión, nació en Zadar, pero tras estallar la guerra en Croacia el régimen de Tudjman decretó su expulsión por serbio. Cambio su casa de Zadar por un apartamento de un croata en Banja Luka, ciudad en la que no había estado en su vida. "Nada se puede comparar con la ciudad en la que uno ha nacido y crecido, aunque no creo que nunca regrese a Zadar, a no ser como turista", dice. Hemos llegado a Banja Luka

A los niños de la guerra con todo mi cariño.
No tenéis ningún derecho y menos que os respetan. No tenéis ni voz ni voto simplemente porque sois niños, sólo tenéis derecho para que os utilicen como escudos en las cruzadas de las balas o de las bombas o sino para utilizaros para esos malditos experimentos químicos, entre otras cosas y miles de atrocidades e injusticias que cometen con vosotros, y lo peor es que nadie dice basta a estas atrocidades. Todo el mundo pasa de vosotros, yo no, y aunque no pueda hacer nada para evitarlo ahora mismo, lo único que puedo hacer es gritar y decir que basta ya a todo esto. Es lo único que puedo hacer para que algún día se lea esto y paren de haceros tantísimo daño y tanto de sufrir, y lucho porque pronto se pueda leer y así dejen de haceros sufrir y se entere todo el mundo de que vosotros también sois seres humanos y no sólo los niños de las guerras sino todos los niños del mundo, los de los orfanatos chinos, los que están en esas habitaciones de la muerte esperando eso, una muerte tan cruel e inhumana, como las que les dan ahí, o como dejarlos morir de hambre y algunos sólo tienen días de vida, o los niños de los países árabes, entre otros, que los tienen esclavizados, que tienen algunos niños como esclavos que no tienen nada más que dos o tres añitos y los tienen encadenados y obligándoles a hacer trabajos crueles e inhumanos. Algunos, la gran mayoría, tienen muy difícil el cumplir los diez añitos de vida porque, casi todos, mueren antes. Esto también ocurre en Tailandia y en otros muchos países donde son esclavos y utilizados para la prostitución y vendidos a otros países para eso. La mayoría no tienen ni cinco años. Esto mismo también ocurre en Río de Janeiro, y en otros países, que hacen cosas como matar por la espalda a los niños que viven en las calles. Estos países tienen a esos malditos ejércitos, a los que llaman "Escuadrones de la muerte", en vez de pagar a estos asesinos por qué no pueden emplear ese dinero para crear hogares y que puedan recoger a los niños de las calles, pero no, eso jamás, ellos prefieren seguir matándolos, y a todo esto se pueden sumar miles de injusticias más, y muchas cosas que ni siquiera se saben.
Yo todas las injusticias que sé ya las he contado en lo que les hice a ellos y una vez más quiero denunciar todas las atrocidades que les habéis hecho a los niños y desde aquí, le pregunto a la Asociación de los Derechos Humanos que dónde están los derechos de los niños, que no se ven por ningún lado, y a todos los que tenga que ver con los Derechos Humanos decirme, dónde están lo de los niños, por qué permitís tantísimas atrocidades e injusticias. Basta ya y dádselo de una vez. No les hagáis más daño, ellos no tienen ni voz ni voto porque se lo negáis pero tienen el mismo, y mi grito de decir basta ya de matar niños, a ellos no los dejáis hablar y menos los escucháis pero a mí no me vais a callar y sí me vais a escuchar. Voy a pedir lo que tanto necesitan ellos, que es aunque sea un poco de cariño, comprensión y sobre todo mucho amor. Qué han hecho con ellos. Para qué les odiáis así y sólo queréis destruirlos o matarlos. Por qué sois tan crueles con ellos, si son maravillosos y admirables. Por qué les hacéis tantísimo daño y sufrir. Por qué no le ayudáis a que vivan dignamente y a que no sufran tantísimo. Por qué hay países que odian a los niñas a muerte, sin ellas no había vida. Por qué sois tan malos con ellos. Basta ya de hacerles daño y dadle sus derechos y respetárselos, que tengan voz y voto y ya que se los habéis destruido, ayudadlos, a que tengan una vida digna como se la merecen y no sólo a ellos, sino a todos los millones de niños que habéis destruido por vuestro egoísmo de poder y de dinero. No los acabéis de matar y que aún tengan la posibilidad de cura o mejorar.
Ayudad a sus padres, para que puedan curarlos y no se mueran. No los condenéis aún más y no les deis más dolor y al sufrimiento a toda su vida. Basta ya. Si no sois un gobierno de asesinos, después de haber hecho esto y mil atrocidades más y luego no los ayudáis. Decidme lo que sois, sólo buscáis vuestras necesidades, aunque para eso tengáis que matar así, de forma tan cruel e inhumana. Basta ya.
HOY... EN TIEMPO DE CONFLICTOS ARMADOS,
TODO EMPIEZA... cuando entre dos partes existen diferencias o falta de acuerdo. Cuando grupos sociales distintos pugnan por imponer o preservar su identidad étnica o nacional, o desean varias divisiones fronterizas, o conquistar el poder. Es entonces cuando surgen las luchas y en definitiva estallan los CONFLICTOS.
Son muchas las causas que provocan un conflicto y son muchas las consecuencias que afectan a las VICTIMAS de estos conflictos.
Los enfrentamientos armados se originan generalmente por: La lucha por el PODER, como ocurre en SIERRA LEONA, GHANA, LIBERIA, RUANDA, ANGOLA, YEMEN, SOMALIA, CAMBOYA, TAYIKISTAN e IRAK entre otros países.
La lucha por el TERRITORIO, como sucede en LIBANO, BOSNIA HERZAGOVINA o LOS TERRITORIOS OCUPADOS.
Problemas de MINORIAS, como en MEXICO, MALI, NIGER, SUDAN, BANGLADESH o BIRMANIA.
Acciones SEPARATISTAS, como sucede en SENEGAL, TURQUIA, AZERBAIDJAN, CHECHENIA, IRAK o, entre otros, SRI LANKA.
Las causas de algunos conflictos son complejas y su origen es en ocasiones prácticamente desconocido. A veces los motivos vienen tan de atrás que ya ni los recuerdan los propios afectados.
Ellos no olvidan en cambio que, a causa del miedo o debido a la destrucción de su entorno, deben abandonarlo todo y cambiar su emplazamiento para poder sobrevivir.
MUJERES.
Las mujeres suelen llevar la peor parte en los conflictos aunque rara vez participan en ellos. Son víctimas de bombardeos, hambrunas, epidemias, desplazamientos forzosos, detenciones, torturas y ejecuciones.
Ellas son el único auxilio y soporte de la familia. En repetidas ocasiones arriesgan la vida cuando buscan agua y alimentos, recogen leña en áreas infestadas de minas o bajo bombardeo ininterrumpido.
Durante los conflictos la tasa de mortalidad de las mujeres embarazadas, de las que amamantan y de los recién nacidos crece de manera espectacular.
En muchos conflictos se ha utilizado sistemáticamente la violación como arma para atemorizar, humillar o destruir comunidades.
NIÑOS Y NIÑAS.
Las granadas de mortero, las balas que atraviesan las viviendas, las minas, la escasez de alimentos y la falta de agua también acechan a los más pequeños.
Intentar proteger a los niños en tales circunstancias representa una ingente tarea.
Hasta que no se ponga coto a la violencia asesina de los conflictos internos, zonales o internacionales, la supervivencia de los niños depende, en gran medida, de la capacidad de las instituciones humanitarias para asistirlos en el momento y con los medios oportunos.
PRISIONEROS.
En situaciones de conflicto la vida en cautiverio puede ser particularmente peligrosa. Los prisioneros de guerra y los detenidos son con frecuencia aislados de sus familias. Además, son especialmente expuestos a la tortura y la desaparición.
Frecuentemente las condiciones de detención son infrahumanas. Hay que esforzarse para proteger a los detenidos de estos peligros registrando sus datos y visitándolos regularmente.
REFUGIADOS Y DESPLAZADOS.
Los conflictos, desde los más sombríos hasta los más olvidados, son recordados en ocasiones por la opinión internacional debido a la oleada de refugiados y desplazados que generan. Aproximadamente unos 37 millones de personas refugiadas o desplazadas huyen de la guerra y de la inseguridad. En la actualidad, el control de las poblaciones es la clave esencial de la mayoría de los conflictos internos.
Amenazados por la hambruna, la hostilidad y la falta de reconocimiento, los refugiados y desplazados caen cada vez más en manos de una asistencia insuficiente, precaria y a menudo incapaz de proteger la dignidad y la supervivencia.
HERIDOS Y MUTILADOS.
Las primeras consecuencias durante y después de un conflicto son las personas heridas y mutiladas que provocan las diferentes armas utilizadas en los combates.
110 millones de minas antipersonal están aún a la espera de ser pisadas por algún adulto o niño. La mitad de sus víctimas fallecen en los minutos siguientes a la explosión. Son pocos los que llegan a un dispensario médico, y, los que son asistidos y sobreviven, ven su vida transformada alrededor de una prótesis y de una constante rehabilitación. Ello reduce sus posibilidades de trabajo, y de llevar una vida normal.
La asistencia ortopédica y la rehabilitación no son la solución, sólo son un remedio a menor escala.
Los heridos se encuentran protegidos por los cuatros Convenidos de Ginebra de 1.949. Deberían recibir un trato especial pues no forman parte de las hostilidades. Deberían ser tratados con humanidad sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, religión u opiniones diferentes.
Basta hacer un breve repaso al panorama mundial para darse cuenta de que los conflictos, en lugar de disminuir, se multiplican continuamente. Tanto es así que, incapaces de mantener la atención en todos ellos, los medios de comunicación y la comunidad internacional van centrando sus esfuerzos sucesivamente sobre los que son más recientes, dejando a un lado aquéllos que ya no son noticia.
Nosotros, queremos que las víctimas de los conflictos olvidados se mantengan vivas en nuestro recuerdo y en nuestra acción solidaria. Por ello, para que NO LO OLVIDES.
HOY... en el mundo es posible eliminar a cientos de miles de personas sin reacción internacional.
Aunque parezca paradójico, el silencio y el secreto ya no son el arma ideal para ocultar las atrocidades. Ahora el ruido, el espectáculo y la exhibición de los males, a pesar de atraer nuestra atención, sirven a la pronta causa del olvido.
Nosotros olvidamos. Pero quienes no pueden olvidar son las múltiples víctimas que siguen sufriendo los efectos de los conflictos. De ellas se ocupaban antes los medios de comunicación; ahora sólo se ocupa de ellas el propio sufrimiento.
Sólo la labor de la SOLIDARIDAD humana, el trabajo de las ONG’s y el de algunos organismos permite acercar la ayuda a las víctimas olvidadas de los conflictos.
Sin noticias en los medios de comunicación, sin imágenes en la televisión, sin intereses y sin decisiones de la comunidad internacional, los conflictos sobreviven. Las víctimas que producen, en su mayoría civiles, quedan presas a merced de una vida de traumáticas privaciones como refugiados o desplazados, como heridos o mutilados, como prisioneros, u hostigados por las hambrunas.

HERENCIA MORTAL.
He pisado un suelo tan contaminado que ningún hombre o animal podría vivir mucho tiempo sin poner su vida en peligro. He visitado fábricas y plantas industriales donde he compartido la desgracia y el sufrimiento de trabajadores agotados después de haber estado expuestos durante todo el día al polvo y humos mortales. He llorado con madres por el sufrimiento inútil de sus hijos, nacidos con malformaciones, en un mundo sin esperanza....
Las palabras de Gerd Ludwig resumen cinco meses de trabajo por los caminos de las quince naciones que integraban la antigua Unión Soviética. Desde Vilna a Vladivostok, 22 millones de kilómetros cuadrados -44 veces el territorio español- muestran el legado de la irresponsabilidad de los dirigentes soviéticos: 70 años de desarrollo salvaje, a cualquier precio, para convertir la sociedad campesina rusa en un poderoso imperio, han hecho de este enorme territorio del planeta un universo de contaminación.
En los años veinte, Stalin creó gigantescos complejos industriales altamente contaminantes, como Magnitogorsk. En la década de los sesenta comenzó la explotación sin medida de los ricos recursos naturales de Siberia y se inició, también, una irresponsable carrera atómica con Estados Unidos cuyas consecuencias están pagando millones de personas.
Hoy, los ríos no son más que cloacas de residuos industriales y humanos; los mares Negro y Caspio se encuentran al borde de la asfixia, el Aral, que llegó a ser el cuarto lago más grande del planeta, está desecándose a una velocidad de vértigo; gran parte de la población padece enfermedades respiratorias por la contaminación del aire de sus ciudades y toneladas de basura nuclear se esparcen por todo el territorio.
Aunque las autoridades actuales muestran el mismo hermetismo que sus antecesores, durante esos cinco mess y tras superar innumerables problemas administrativos, Ludwig pudo captar con su cámara el horror en toda su crudeza.
En el momento de la desaparición de la URSS, en diciembre de 1991, el 20% de su territorio estaba considerado como siniestrado. Cuatro años después, la crisis económica ha empeorado la situación Rusia encabeza actualmente la lista de países donde se comenten los atentados ecológicos más graves.
Cerca de una cuarta parte del territorio puede ser catalogada como "zona medioambiental desastrosa". El Ural, sobre todo la región de Cheliabinsk, y el Gran Norte, contaminado por incesantes fugas de petróleo encabezan la lista. Millones de personas viven en regiones con fuerte radiactividad y contaminación industrial y sólo la mitad de los 222 millones de hectáreas cultivables están limpias de contaminación. La crisis económica amenaza también con arruinar de forma irreversible las extraordinarias riquezas naturales del país: Rusia tiene el 20% de la masa forestal del planeta, el lago más profundo del mundo (el Baikal), la costa más larga (Ártico) y un gran número de raras especies animales.
Al vetusto tejido industrial heredado de la era soviética y que sigue en funcionamiento se añade otro problema ecológico mucho más inquietante: el drama nuclear.
El 26 de abril de 1986 Occidente descubrió con horror la auténtica realidad respecto a las instalaciones nucleares de la antigua URSS, una bomba de relojería de efectos devastadores. La explosión de uno de los reactores de la central nuclear de Chernobil provocó la mayor catástrofe nuclear de la Historia. La explosión arrojó cien millones de curios de radioisótopo altamente cancerígeno. La Organización Mundial de la Salud estima que 4,9 millones de personas resultaron afectadas en Ucrania, Bielorrusia y Rusia. Sin embargo, las consecuencias, a pesar de la obviedad de la tragedia, aún no se conocen. Lo único que está claro es que "el monstruo" sigue vivo.
La central nuclear de Chernobil, inaugurada en 1977, tiene cuatro reactores: el primero y el tercero siguen en funcionamiento, el segundo se encuentra averiado tras sufrir un incendio en 1991, y el cuarto fue el que explotó en 1986. Los expertos consideran que los reactores que siguen en funcionamiento no son seguros. Además, el sarcófago que cubre el reacto 4, una especie de campana de hormigón, se va resquebrajando poco a poco. Bastaría un temblor de tierra para partirlo en dos y liberar su carga letal de residuos radiactivos.
Cuantificar el número de víctimas que provocó y sigue provocando el accidente de la central ucraniana no es fácil. La Unión de Chernobil, integrada por un grupo de ciudadanos, estima que "no menos" de 5.000 personas han muerto y otras 30.000 quedaron inválidas. La mayoría de ellos son "liquidadores" (los que se encargaron de apagar el incendio provocado por la explosión del reactor). Además, otras 332.000 personas aún necesitan tratamiento médico. Una de las consecuencias más espeluznantes de Chernobil ha sido el incremento del cáncer de tiroides en los niños. En Ucrania, Bielorrusia y Rusia, donde esta enfermedad del accidente era muy rara, se han contabilizado 300 casos. La catástrofe provocó también un aumento de otras enfermedades infantiles, especialmente de la sangre y el sistema nervioso.
Los costes económicos del accidente, en cambio, si están perfectamente cuantificados: las consecuencias de Chernobil consumen el 15% del presupuesto de Ucrania.
El paso del tiempo ha provocado también que los habitantes de la zona hayan bajado la guardia. Algunos de los evacuados de los pueblos cercanos a la central han regresado a sus casas. Cultivan hortalizas radiactivas y crían vacas cuya leche está contaminada. Pero para muchos campesinos es más importante su hogar que los peligros de la radiactividad.
En Mayak trabajan 14.000 personas que reciclan combustible de centrales nucleares y vitrifican sus residuos radiactivos. Situada en la región de Cheliabinsk, en los Urales, la fábrica Mayak, que elabora el plutonio para las bombas atómicas de la antigua URSS, provocó el más siniestro caso de exposición radiactiva prolongada durante décadas sobre 440.000 personas. Entre 1948 y 1951, la fábrica, también conocida como Cheliabinsk 65, arrojó al río Techa residuos que contenían dos millones de curios de radiactividad, alrededor de la mitad de lo arrojado por la bomba de Hiroshima. Las orillas del río siguen teniendo sedimentos con altos índices de cesio y estronio.
Unos años más tarde, en 1957, una explosión produjo el escape de estronio-90, y contaminó millones de hectáreas de tierras cultivables. Oficialmente, 940 campesinos padecieron enfermedades fruto de la contaminación radiactiva. La cifra real de afectados es de decenas de miles. Durante años, los científicos estudiaron a los campesinos de la región como a conejillos de indias, pero lo mantuvieron en secreto. La contaminación radiactiva prolongada por agua y aire durante décadas ha tenido como resultado un horrible galería de mutaciones genéticas, malformaciones congénitas y cáncer.
Entre las repúblicas de Kazakstán y Uzbekistán se encuentra el mejor ejemplo de la acción del hombre sobre el medio ambiente: el Mar Aral. El agua que le alimentaba, procedente de los ríos Amu Daria y Sir Daria, fue desviada en los años sesenta para regar campos de algodón. En sólo treinta años el Aral ha perdido tres cuartas partes de su volumen y cerca de la mitad de su superficie. Ahora, donde antes nadaban los peces, pasean los camellos.
Las consecuencias de la tragedia son de tal magnitud que los habitantes de la zona sufren graves afecciones. El 80% de las mujeres padece anemia y el 75% de la población tiene problemas respiratorios. La tasa de mortalidad infantil se sitúa en un 35 por 1.000, cinco veces superior a la de España. Las afecciones respiratorias, así como la diarrea y la disentería son las principales causas. Todo ello es consecuencia directa de la pésima calidad del agua que bebe la población y del uso incontrolado de pesticidas.
La tasa de mortalidad infantil también se ha incrementado en Moscú, una ciudad que no ha podido permanecer ajena a los abusos medioambientales de la era soviética. En 1992, por ejemplo, se detectaron 600 puntos de contaminación radiactiva en la ciudad.
Tamara Kapanadze descubrió un buen día que su hija, Sonya, no era la única niña a la que le faltaba la mano izquierda. En su barrio, una zona industrial al norte de Moscú, cuatro niños nacieron mancos de la mano izquierda en un período de nueve meses, entre el 19 de septiembre de 1987 y el 1 de julio de 1988. Dos de las familias vivían en edificios colindantes. Tamara movilizó a otras madres y escribió a agencias de salud. Dieciocho cartas sólo recibieron cuatro respuestas. Sin embargo, el asunto llegó a manos de médicos genetistas que encontraron un segundo grupo de cuatro niños también mancos en otro barrio situado a 5 kilómetros del de Tamara. Habían nacido en el mismo período. Los genetistas buscaron inútilmente una respuesta. Aunque no hay una evidencia clara, el hecho de que los ocho críos hayan nacido en la misma zona ha hecho que algunos médicos achaquen a alguna sustancia química -en el aire, agua o alimento- la causa a esas malformaciones.
La situación de caos ecológico, oculta durante décadas, ha empezado a estallar.

OBJECIÓN DE CONCIENCIA NO A LAS ARMAS
Es una postura que va en aumento entre los jóvenes de todo el mundo. A los problemas sociales y de organización que su inusitado auge plantea, se añade un confusionismo sobre la realidad de la situación.
Numerosos jóvenes, aunque aún constituyen una minoría, se niegan a hacer el servicio militar por distintos motivos, acogiéndose a su derecho a la objeción de conciencia. Este derecho, que existe en todos los países democráticos, se recoge en la Constitución española de 1978 por vez primera en nuestro país, aunque ya en los años sesenta surgieron los primeros objetores. Con la aparición de nuevas sectas religiosas y el ambiente pacifista imperante en aquella época, las negativas a ingresar en el Ejército fueron aumentando progresivamente, aunque en número aún insignificante, y pese a que se les solía calificar como desertores. Fue en los años setenta cuando el problema comenzó a tomar una mayor envergadura, sin que todavía se adoptara una solución concreta.
Surge la ley.
Tras algunos intentos durante el régimen anterior, todos ellos fallidos, de darle un marco jurídico a la objeción de conciencia, el tema no volvió a suscitarse hasta la promulgación de la actual Constitución en 1978. La ley que regula la objeción de conciencia surgió, al fin, en 1984. El Defensor del Pueblo interpuso un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional contra la totalidad de la ley, que fue desestimado.
En ella se recogen los "motivos de orden religioso, ético, moral, filosófico, humanitario y otros de parecida naturaleza" para ser reconocido como objetor. Otro de los datos importantes que aporta esta norma es la determinación del momento exacto en que es preciso formular la solicitud de objeción: "Al menos con dos meses de antelación a la fecha señalada para la incorporación al servicio militar en filas". De esta forma, si alguien decide objetar una vez haya comenzado el período de instrucción, no será reconocido legalmente como objetor, sino como desertor. Con el fin de estudiar las solicitudes de declaración de objeción de conciencia, se creó, según exige la ley, el Consejo Nacional de Objeción de Conciencia en 1985, dependiente del Ministerio de Justicia, que será en definitiva quien acepte o no la petición de objeción en cada caso particular.
Prestación social.
Como es lógico, y tomando como modelo otros países que cuentan con una normativa anterior, se pensó en una solución de recambio para aquellos jóvenes que objetaran, ya que si la alternativa al servicio militar era quedarse en casa, poco hubieran sido los voluntarios. Basándose en las normas genéricas que recoge el Convenio Europeo para la protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, así como en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el 15 de enero de 1988 se aprobó el Reglamento de la Prestación Social Sustitutoria de los Objetores de Conciencia. Con este fin se creó también la Oficina para la Prestación Social, que se encargaría de preparar los conciertos con las entidades, públicas y privadas, que deberían acoger a los objetores. Igualmente, esta oficina pondría a disposición de los objetores una relación anual de los puestos a los que pudieran optar. La capacidad, aptitudes y domicilio habitual del objetor, además de sus preferencias, serán tenidas en cuenta a la hora de conceder el destino para la prestación social.
La puesta en marcha de este plan presenta no pocas complicaciones. Con el paso de los años, el número de objetores se ha ido acumulando; la mayoría ya pasa de los 25 años y el que más y el que menor tiene su vida organizada. Muchos protestan además porque se sienten discriminados al tener que realizar una prestación de dieciocho meses, cuando el servicio militar no pasa de los doce. Algunas organizaciones y partidos políticos se hicieron eco de estas protestas; incluso el Centro Democrático y Social (CDS) presentó una proposición de ley al Parlamento para que fuera suprimida esta diferencia discriminatoria. Sin embargo, el Gobierno aduce que en la mayoría de los países de nuestro entorno, la prestación social sustitutoria se prolonga todavía más: los 24 meses de Francia y los 20 de Italia lo atestiguan. Por su parte, diversas organizaciones pacifistas y ecologistas, así como movimientos juveniles de distinto signo, han protagonizado durante los últimos tiempos ruidosas protestas para llamar la atención sobre lo que ellos consideran una injusticia. No tanto porque la prestación social sustitutoria dure más que el servicio militar como el hecho mismo de tener que hacer esta prestación, que ellos consideran abusiva y de negativa incidencia para el paro.
Anulación del supremo.
Sin embargo, las cosas parecen complicarse, pues el pasado mes de febrero el Tribunal Supremo anulo el Real Decreto que regula la prestación social de los objetores por que en su elaboración no se facilitó la participación o audiencia de los ciudadanos o asociaciones como consagra el artículo 105 de la Constitución. El Ministerio de Justicia debe elaborar, por tanto, una nueva normativa teniendo en cuenta la sentencia dictada por el Supremo.

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