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sábado, 13 de febrero de 2016

6 Ni bajo tierra me vais a callar jamás, jamás dejare de luchar

Y no ha sido esta niña solo. Han sido muchos casos como este o parecido. Otro, un chico con 20 años, era sacarle una uña y no subió más a planta, murió, y no lo iban a anestesiar siquiera. Lo que pasó no lo sé. Otro no sé de qué lo operaron y quedó parapléjico. Son 24 años dentro y hasta 9 meses seguidos. Allí he visto demasiado. Al principio no me daba cuenta de la mitad de las cosas. Otro caso horrible fue de un compañero de trabajo, Sebastián, él cuida del jardín e iba con los jefes a las monterías y ahí ocurrió todo. Viniendo con el coche pillaron un conejo, se bajó del coche para cogerlo y se torció un tobillo. Lo que pasó lo dice este reportaje. Fue horrible como murió, rabiando de dolores, no podía más y quiso tirarse por una ventana. Por eso lo quisieron encerrar en el psiquiátrico. No lo hicieron porque tenía buen respaldo de gente de dinero y se volcaron con él. A los tres o cuatro días murió como un perro, rabiando de dolor y no murió peor porque se lo impidieron, pero no pudieron salvarle la vida. Murió de una gangrena gaseosa. Por qué no lo escuchasteis y la salvasteis la vida. Por qué sois así. No sólo lo matasteis a él sino casi a su hija que estaba embarazada y casi lo pierde.
Por qué sois tan criminales e inhumanos. No me canso de repetirlo una y mil veces. Por qué lo hacéis, y no estos sino otros casos. Ya he puesto muchos y estos y más que tengo, y lo que sé, cuantas personas más tienen que morir y destruir para que haya ley y justicia, y el ministro de Sanidad, el Insalud entre otras administraciones hagan algo y paren esto de una vez. Criminales son los médicos pero más es la Administración que lo permite y los protege, y la justicia igual, en cuántos casos hay justicia, en ninguno. Esto no va sólo con los médicos sino con todo el personal sanitario. Todos no sois así de malos pero de 100 sólo 25 sois buenos, el resto sois crueles e inhumanos. Os conozco muy bien tanto a unos como a otros, y aunque me habéis destruido y me habéis hecho tanto daño, estoy con vosotros y en contra. Sé distinguir los buenos y los malos y ahora voy a hablar de los buenos.
Voy a empezar por D. Antonio Leiva, él no me lleva, me operó del brazo, he luchado por seguir con él pero tiene un jefe imbécil y estúpido que no quiere. No he tenido ni un problema con él. Es admirable como te trata con respeto, es muy humano, te escucha y te explica todo con detalle. Antes de operarme, así lo hizo. Luego tuve problemas y se complicó la cosa, pero al otro día cuando se me pasó la anestesia, tuvo la dignidad de decírmelo. Se sentó en mi cama y me cogió la mano y me dijo que había habido problemas, que no me preocupara que todo saldría bien. Me lo explicó con detalle lo que había pasado y claro, que yo lo entendiera. Salió todo como él dijo. Este otro llevo tres años con él y todavía no lo he cogido.
Mucho hablar y ahí queda todo. No hay nadie que haga nada y menos ayudarles. Son violados por sus propios padres o familia o les obligan a prostituirse. Les pegáis a veces hasta la muerte entre otras mil salvajadas y brutalidades. Por qué sois tan inhumanos con vuestros hijos. Como sois entonces con los demás. Si sois capaces de pagar por acostaros con una niña o un niño, o peor todavía, los cogéis por la fuerza y los violáis, a veces hasta la muerte, los explotáis en el trabajo. Tantas y tantas injusticias con ellos. Si hacéis esto a seres indefensos que les haréis a los demás. Yo creo que no hay derecho a esto. Dicen que por qué son de clase baja y no son iguales de malos unos como los otros. Yo he estado con la clase alta y he visto malos tratos. Estos todavía peor, pagan y se olvidan que tienen hijos y les da igual como se les trate, si bien o mal. La mayoría los tienen completamente abandonados. Por eso hay menos casos en la clase alta. Las chicas que tienen no suelen maltratarlos, hay casos pero muy pocos. Yo creo que esto es una gran injusticia.
Luego, si sobreviven, acaban drogadictos o delincuentes o se suicidan, aunque son los menos. Luego se quejan de que cada día hay más y más delincuencia. Los están obligando a eso. En el reportaje siguiente habla del fracaso escolar y el suicidio. El fracaso escolar es la gota que colma el vaso de agua, pero hay muchas cosas más detrás. Sólo ellos saben por qué lo hacen. Yo lo sé, y me pongo en su lugar y los comprendo. Los máximos culpables son los padres.
Me he encontrado alguna carta de amigas, sobre todo de Carmeli. Ella era una de las pocas a las que se lo podía contar casi todo. Me podía desahogar con ella, compartir mi sufrimiento. Tenía otras amigas y también tenía muchas cartas, aunque casi no me quedan. Eran maravillosas, me gustaría verla de nuevo y contarle mi alegría y pena, el sufrimiento sigue, pero ya de otra manera.
Otra cosa que me he encontrado son las pastillas con las que quisieron drogarme en el Hospital General. Casi no me quedan, sólo de dos clases, y me dieron por lo menos de tres. No tienen nombre, pero fui a la farmacia y de una sí me lo dieron, y son TRIYPT 20L 75 M.G. COMP. Le pregunté que cuánto era lo normal, me dijo dos o tres, yo le dije que pasaba si se tomaban 5 ó 6, y me dijo que con dos se duerme a un caballo. Es una de las más fuertes de psiquiatra. Si entre el día y la noche me daban 10 u 11, o más... Claro, a mí no me hacían efecto, si no me las tomaba. Y ellos me daban más y más. Una vez me drogaron con dos. No mientras pueda evitarlo. Y si estas son fuertes como serán las otras, que de media me daban media y luego entera y media más, y las otras que he perdido, por qué me las dieron sin ninguna explicación, y con qué intenciones. Para mí lo que digo. Las otras quería analizarlas, pero lo tengo difícil. Me han dicho que en Sevilla hay un laboratorio, pero que se dedican más a cosas de crímenes, y a esto no lo saben. Tengo que llamar a Madrid, pero me costaría muy caro. Cuando tenga dinero llamaré y lo intentaré. Esto ya lo explico en otros documentos o escritos, lo mismo que en 1.992 intentaron matarme, lo digo.
Estando en otro hospital, ya estando en el quirófano lo vi de casualidad, le llamé y le pedí que no me dejará. Aunque él no me tenía que anestesiar lo hizo. Lo he visto por la calle y me ha dado un abrazo. De toda la vida me ha dicho "su niña Valverde" con más de 20 años. Era una persona digna de todo respeto, le quería demasiado, hace más de un año murió, cuando me enteré lo sentí muchísimo.
Cuando lo vi respiré tranquila y le llamé y me respondió grosero y estúpido. Jamás me había hablado así, y eso que cuando estaba allí ingresada le hacíamos de todo. Me acuerdo un día que sin querer le dimos con una zapatilla. Se enfadó mucho, pero así nunca. Se fue y ya no lo vi más, no me acuerdo de lo que me dijo, pero en la forma de hablarme y de irse lo dice todo, igual que los demás menos D. Antonio Leiva y su jefe. A pesar de la mala sombra que tiene fue muy agradable y cariñoso. Intentó tranquilizarme, los únicos, yo creo, que no se dieron cuenta de lo que realmente estaba pasando. Antes de ponerme la anestesia me bajaron un poco el camisón, como era el hombro siempre que me operan me pasa igual, aunque esta vez estaba peor que todas. Me pongo muy mal, alguna he estado tan mal que casi han tenido que suspender la operación o dejarme para la última. No soporto entrar a un quirófano, le tengo terror, es algo superior a mí, y más esa vez como estaba la cosa. El anestesista con mala leche y muy mal genio me dice porque tiene el pecho negro. Intenté explicarle que cuando estoy muy nerviosa me pongo así y me da taquicardia. Casi no podía hablar porque no podía respirar, me ahogaba. Coge la aguja y me la clava como si fuera una banderilla. Me dije, ya no me despierto más... Ni tan siquiera me tomó el pulso, como estaba. Esto jamás, en 17 operaciones que llevo me lo han hecho, porque otras veces y he estado mejor, cuando me han visto así me han puesto lo del corazón, la tensión y a veces hasta un "electro".
Algunas veces me han tenido que sacar del quirófano y dejarme en reanimación hasta que me he tranquilizado. Otras me han dejado sola un rato para que me tranquilizara y cuando han visto que estaba mejor me han puesto la anestesia con muchísimo cuidado. Jamás, jamás así, y sí, a veces te encuentras un malasombra estúpido, pero todos nunca. Por que me hicieron eso no lo sé. Para mí fue intento de asesinato, si estoy equivocada que me lo demuestren, será mi palabra contra la suya. Yo digo la verdad y doy la cara, ellos no, y lo he dicho en muchos medios de comunicación y en mis escritos. Ellos se esconden como los cobardes, que me harán la próxima vez...
Me quedé dormida tan mal y con tanta angustia de que no me podría despertar jamás, que lo hice antes de que me terminaran de operar. Quiero vivir si me dejan. Esto fue en Hospital San Juan de Dios. Córdoba. Lo digo muy claro, si me ocurre algo dentro o fuera de un hospital serán siempre los mismos los máximos culpables, las administraciones tanto la de Andalucía como la de Madrid. Para qué repetir los nombres, los he puesto muchas veces ya. No sé porque quieren matarme. Yo sólo quiero que me curen y me paguen. Yo creo que es muy justo lo que pido, o no. Aunque lo hagan los médicos u otras personas, los máximos culpables serán ellos.
En algunos documentos pido la pena de muerte. Hoy lo sigo haciendo. Estoy en contra de ella, pero para estos criminales tan peligrosos de la administración, sí. Cuantas personas están matando y destruyendo por su culpa. Ya me he quedado sin insultos que decirles. Ahí siguen, como las avestruces, con la cabeza escondida.
Aferrada en descubrir lo de las pastillas, y ya lo he hecho, y no me esperaba que fuera tan terrible. Por lo poco que había descubierto suponía yo que era algo más de lo que yo imaginaba. De siempre he dicho que han intentado drogarme y no eso, sino matarme, porque las pastillas las otras no sé como se llaman. Le iba a decir que me lo anotara pero me sentía tan mal que se me olvidó y creo que son REINESOL. No son peligrosas, pero a una sobredosis alta pueden ser mortales, y las otras igual, y me han dicho igual que de la farmacia, que con dos se duerme a un caballo. Causa un montón de cosas, a cuál más peligrosa y muerte, un montón de cosas. Y la que me falta podía haber acabado convertida en un zombie, con lo que luché, o muerta. Por qué. Y además, esas pastillas te tienen que dar el consentimiento tanto el enfermo o la familia y la mía no estaba y yo estaba bien para hacérmelo saber, y me lo negaron por más que pregunté. Si las llego a tomar que hubiera sido de mí. Tengo que tener más cuidado cuando esté en un hospital. Si es preciso pediría protección policial, aunque de nada me serviría. Sé que hay cosas que la repito una y otra vez, pero es que tengo que hacerlo así, y no se enteran, o mejor dicho no quieren. Sé que lo que me propongo es muy arriesgado. Hay demasiados nombres y apellidos, pero sé muy bien lo que hago. Ellos se lo han buscado, esto y más. Sé que ver esto editado va a ser una gran lucha y sacrificio, porque encontrar un valiente que sea capaz de hacerlo me va a ser difícil. Quiero publicarlo tal y como está, ni poner ni quitar nada. Voy a tener que luchar mucho hasta que lo encuentre, pero estoy segura de que tarde lo que tarde lo encontraré. Yo creo que no hay derecho a lo que me han hecho, y me están haciendo aún hoy, que con 36 años estoy peor que si tuviera 80 años. Y si no fuera por como soy, estaría en una cama sin moverme. He tenido una recaída muy grande y estoy muy mal con el pie, y nadie quiere saber nada. Uno me ha dicho que tengo el pie en las últimas. Tengo unos dolores terribles, inhumanos de aguantar más todavía que cuando me operaron en Madrid. Entonces me lo quitaron un poco. Ahora estoy peor. Llevo así uno 20 días y no se lo he dicho a nadie, sólo a los de la Administración, que por su culpa me veo así. Yo creo que algo se me ha roto por dentro. El médico dice que no, pero yo sé que si porque con radiografías no se ve si ha sido un tendón o un ligamento u otra cosa. Así lo tengo muy hinchado, así me acuesto y me levanto igual. La medicina que me han mandado entre las del brazo y esa me cuesta casi 8.000 Ptas. y no puedo comprarla. No tengo dinero, tengo, pero no me lo puedo gastar. Tengo lo justo para pagar dos meses del piso y medio comer, a pesar de lo mal que estoy, porque poner el pie en el suelo es rabiar y ya menos, o me he acostumbrado al terrible dolor que puedo andar mejor. Acostumbrarse al dolor es muy duro. Yo ya como llevo toda mi vida... Pero jamás te acabas de acostumbrar. Lo único que lo acepto y no dejo que me hunda y no tomo ni un calmante, sigo adelante, antes con agua fría o colonia, medio lo podía soportar, ahora ni eso, pero no me va a hundir y sigo como si no pasara nada.
Con estas pastillas intentaron ya no sé si drogarme o matarme. Porque me lo dieron y jamás me dieron explicaciones. La llevo guardando desde el 87 y aunque casi no me quedan, las seguiré guardando porque en el diario lo conté todo y tal como lo tengo escrito está, y fue en el 87 y Paqui, Antonio y Mª José, ellos lo saben y si quieren contarlo. No las he comprado ahora.

MARÍA VALVERDE SR. DIRECTOR
AP. DE CORREOS, 176 INSALUD
CÓRDOBA MADRID
Sr. Director, me es increíble para mi misma lo que me han vuelto a hacer. Me llamaron de La Paz y me dieron cita para el día 15-02-94 en la segunda planta a las 10:00 horas, y cuando llego y pregunto por el Dr. Ordóñez para la consulta, es abajo y los miércoles, no el martes. Subí a la segunda planta y pregunto por él, y me mandaron a su despacho. Cual fue mi sorpresa que la secretaria, sin yo darle mi nombre y la primera vez que la veía, muy estúpida y con mal genio me dice: "Yo sé quien eres y el Dr. Ordóñez está en quirófano". Yo le dije que tenía cita y ella me dijo que era el 16. Esa carpeta la tenía casi cerrada, no quería que viera lo que allí había. Vale, me he podido equivocar yo de fecha, aunque estoy totalmente segura que no, porque sabia ella quien era yo sin darle mi nombre. ¿Por qué me dijeron la segunda planta cuando era abajo?, ¿Por qué miró en la carpeta a escondidas de mí?. Yo creo que ahí no había nada porque no está abajo en el libro de la cita, porque me dice arriba si la consulta del médico es abajo al W5, cuando me llamaron no quisieron decir a qué iba y qué necesitaba. Me voy a la sala de espera, casi dos horas esperando que subiera el médico, me llama y me llevo otra sorpresa aún peor. El médico, totalmente despistado, no tenía ni idea del tema ni se enteraba de lo que yo decía. Yo no sé si lo estaba haciendo a cosa hecha o realmente no tenía ni idea del tema ya que mi historial no lo tenía, porque no dijeron que lo llevara.
¿Qué guardaba la secretaria tan misteriosamente en la carpeta? Yo no creo que fuera la cita. De toda la vida está en el libro o con el historial y el mío no lo tenía. Me dice de reconocerme la pierna y no tenía camilla y tuvo que salir y buscar otro sitio donde poder reconocerme y otra vez a esperar; esta vez fue poco rato. Yo de lo que me dijo poco me creí, porque estaba más obsesionado con quitarme las cicatrices tan horribles que tenía, que otra cosa. Yo le dije que eso no me preocupa, sólo quiero que me cure de una vez por todas y me quite estos terribles dolores. Ya está bien 24 años. Me dijo que en la rodilla no era necesario hacer nada, que más o menos todo está bien y que me puedo quitar el aparato. Otro me dice que si me lo quito se me puede romper la rodilla y de lo del pie se puede un pequeño retoque; otro me dice partirme medio pie o cortarme algún dedo. Esto uno por encima él me tiene que hacer radiografía y quizá resonancia magnética.
Usted me dirá si esto es normal para mí o si así se puede confiar. A mí me es imposible confiar ya después de casi nueve años así, porque me tratan tan inhumanamente, y usted comprenderá que esto no va a quedar así, y luego no me diga que soy agresiva y conflictiva. Ustedes me están obligando y a mucho más que voy a hacer. ¿A esto me ha hecho venir desde Córdoba? ¿Y por qué me manda ahora al Hospital La Paz, que he estado unos años queriendo ir y me lo negaron, y me mandaron al Hospital Ramón y Cajal? Y donde quiero ir ya es a Estados Unidos. ¿Por qué me hace esto? Sólo quiero que me cure y jamás me rendiré.
Si tiene lo que tienen lo hombres y no son unos cobardes por no decirle lo que sigue, que me hará que se lo diga públicamente, demuéstremelo, por qué me hicieron esto en La Paz, sólo esto, respóndame de una puñetera vez. Voy a dejar lo de Barcelona por ahora.
María Valverde (16-02-94) NI BAJO TIERRA ME VAIS A CALLAR JAMÁS, JAMÁS DEJARE DE LUCHAR.

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